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domingo, 1 de marzo de 2009

LA DIETA MEDITERRÁNEA

LA DIETA MEDITERRÁNEA

Nuestro organismo necesita una dieta equilibrada y saludable en la que estén presentes todos los nutrientes en su justa mesura.
Las grasas es uno de los más importantes de estos nutrientes, por su aporte energético, su presencia en el desarrollo de las estructuras celulares y porque -sin ellas- sería imposible la asimilación de ciertas vitaminas y minerales.
La grasa es buena. Aunque podemos hacer esta afirmación sin temor a equivocarnos, hay que puntualizar que no todas las grasas lo son.
Las que son provechosas para el organismo y que reducen los peligrosos niveles de colesterol en sangre, son las monoinsaturadas como el oleico que contiene el aceite de oliva.
No sucede lo mismo con las saturadas -procedentes de animales- ni con las poliinsaturadas -derivadas de otras semillas de plantas- que aumentan este peligro y, con ello, todos los riesgos circulatorios y coronarios que esto conlleva: infartos de miocardio, disminución de la presión arterial y una mayor dilatación de los vasos sanguíneos.
Los antiguos griegos ya atribuyeron una gran importancia al régimen de vida, es decir, al conjunto de hábitos del cuerpo y del alma que constituyen la actividad vital del hombre.
Pues bien, esta dieta tradicional del Mediterráneo se ha redescubierto cuando los expertos en nutrición, en esa lógica inquietud por la alimentación y las formas de vida, han investigado la manera de convertir las recomendaciones nutricionales en alimentos concretos y tipos de comida.
Al estudiar los hábitos alimenticios de distintas poblaciones se comprobó que la alimentación de las diversas regiones mediterráneas, compuesta por verduras, hortalizas, legumbres, frutas, pescado, aceite de oliva virgen y vino, podía ser el origen de las reducidas cifras de colesterol que presentaban los mediterráneos cuando eran comparados con los habitantes de América del Norte, anglosajones y centroeuropeos, los cuales consumían una dieta con mayor contenido calórico, basada en grasas y proteínas de origen animal, productos lácteos y dulces que preparaban con mantequilla o derivados.
Como resultado de este hecho y de las conclusiones de diferentes estudios, se acuñó el término de Dieta Mediterránea, refiriéndose a ella como una dieta saludable, especialmente por su efecto beneficioso sobre las enfermedades cardiovasculares.
Una de las bases que demuestran este reconocimiento es el Aceite de Oliva Virgen.
Otra razón se encuentra en el alto consumo de pescado, especialmente del graso (llamado, también, pescado azul).
Estudios más recientes sobre prevención de algunas enfermedades parecen confirmar que existen sustancias efectivamente “cardioprotectoras” en la alimentación mediterránea, de las cuales las más relevantes son las antioxidantes, con una substancial presencia en el Aceite de Oliva Virgen Extra.

Recuerden:
“La primera riqueza es la salud”. (Ralph Waldo Emerson)
“La mejor medicina es un ánimo gozoso”. (Salomón)
“Que tu alimento sea tu única medicina”. (Hipócrates)
“Lo más importante de la curación consiste en querer ser curado”. (Séneca)
“La libertad y la salud se asemejan: su verdadero valor se conoce cuando nos faltan”. (Henri Becque)
exisalud@gmail.com

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